El Nuevo Testamento está lleno de exhortaciones para que los seguidores de Cristo se animen mutuamente. Lo opuesto, el desánimo, es lo que Satanás y sus demonios intentan lograr.
"Oikodomē" es la palabra griega del Nuevo Testamento para alentar. Significa el acto de construir, levantar, edificar; el acto de alguien que promueve el crecimiento del otro en sabiduría cristiana, piedad, felicidad, santidad; o la construcción de cualquier tipo. (Concordancia Strong) Se nos da una dirección clara sobre este tema en las Escrituras. Vamos a explorar tres puntos clave:
2. Debemos evitar desanimarnos mutuamente. "No dejen que salga de su boca ninguna palabra mala, sino sólo la que sea buena para edificación según la necesidad del momento, para que imparta gracia a los que escuchan. Y no contristen al Espíritu Santo de Dios, con el cual fueron sellados para el día de la redención. Alejen de ustedes toda amargura, ira, enojo, gritos, calumnias y toda forma de malicia. Sean bondadosos y compasivos unos con otros, perdonándose mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo." - Efesios 4:29-32 NVI 3. Debemos alentar intencionalmente a los demás. "Considerémonos también unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras. No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca." - Hebreos 10:24-25 NVI UNA PALABRA SOBRE EL DON DEL ÁNIMO Aunque todos estamos llamados a animarnos mutuamente, algunos de nosotros tienen el don específico de la animación. Considera esto: "Tenemos dones diferentes, según la gracia que se nos ha dado. Si el don de alguien es profetizar, que lo use en proporción con su fe; si es servir, que sirva; si es enseñar, que enseñe; si es animar, que anime; si es dar, que dé generosamente; si es tener autoridad, que gobierne con diligencia; si es mostrar misericordia, que lo haga con alegría." - Romanos 12:6-8 NVI CONCLUSIÓN Es fácil ser críticos entre nosotros y desanimarnos. Se necesita un esfuerzo intencional y obediencia al Espíritu Santo para animarnos. Es más fácil animar a extraños o conocidos; es mucho más difícil hacerlo con empleados y miembros de la familia con quienes tenemos interacciones diarias. Examinemos nuestros corazones y, si estamos desanimando a alguien, arrepiéntete y alejémonos de ese comportamiento. e imitemos a aquellos a quienes se les ha dado el don de la animación. Amén. Su siervo en formación, Daniel M. 20 de noviembre de 2023 POSDATA:Queridos amigos, si estas "Conversaciones con Cristo" diarias y transparentes te bendicen, visita www.SOLIDpastors.org, donde las encontrarás publicadas y un repositorio de todas, en inglés y español. Si alguna vez deseas charlar, puedes contactarme en [email protected]. Que Cristo te bendiga ricamente mientras tienes tus propias conversaciones íntimas y diarias con Él. Comments are closed.
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