El apóstol Pablo utiliza la metáfora de "correr una carrera" para describir el viaje cristiano.
Como seguidores de Cristo, creo que necesitamos hablar más sobre el premio que nos espera a aquellos que anhelan el regreso de Cristo. En este mundo, existen muchos incentivos y premios que pueden distraernos del premio final que recibiremos en el cielo. Al enfocarnos más en nuestro premio eterno, espero correr una mejor carrera en la tierra, cruzando la línea de meta de esta vida de una manera que honre a Cristo de la mejor manera posible. EL PREMIO DEFINIDO ¿Cuál es el premio que nos espera en el cielo? Permítanos hacer una lista de posibles premios:
CORONA DE JUSTICIA Una corona de justicia nos espera a todos los que terminamos este maratón. Como escribe el apóstol Pablo: "He peleado la buena batalla, he terminado la carrera, he guardado la fe. Ahora me está reservada la corona de justicia, que el Señor, el juez justo, me dará en aquel día, y no solo a mí, sino también a todos los que hayan amado su venida" (2 Timoteo 4:7-8). CORRIENDO POR EL PREMIO Al igual que en una maratón física, nuestra carrera espiritual que estamos corriendo es contra nosotros mismos y no contra los demás. Competimos contra nuestra vieja naturaleza. Oro para que cada día me acerque más a Cristo y mi caminar mejore de maneras medibles que traigan un mayor honor y gloria a Cristo. Como seguidores de Cristo, debemos abrazar la mejora continua. "¿No saben que en una carrera todos los corredores compiten, pero sólo uno obtiene el premio? Así que corran de tal manera que lo obtengan" (1 Corintios 9:24). EVITAR SER DESCALIFICADOS Hay una tremenda libertad en Cristo. Similar a correr un maratón, tienes la libertad de correr a tu propio ritmo y correr por la derecha, el centro o la izquierda de la calle. Pero las reglas requieren que permanezcamos en el curso, y si nos salimos y corremos fuera de los límites, somos descalificados. Debemos tener cuidado de permanecer en el camino trazado para nosotros en Cristo Jesús y terminar la carrera sin ser descalificados. "Del mismo modo, el atleta no recibe la corona si no compite según las reglas" (2 Timoteo 2:5). MANTENER EL ENFOQUE EN EL PREMIO Mantener una perspectiva eterna nos ayudará a mantener el enfoque en el premio que nos espera en el cielo. Reflexionar continuamente sobre la tremenda corona de justicia y el increíble premio eterno de amor, paz y alegría hace que los sacrificios que hacemos en esta tierra sean más fáciles de justificar. Pero realmente pone a prueba nuestra fe. ¿Es el cielo real? Si es así, ¿cuál es el panorama general aquí en la tierra? ¿Qué es realmente importante? ¿Puedo y viviré mi vida de manera que persiga este premio eterno? "No es que ya lo haya alcanzado todo, o que ya sea perfecto, pero sigo adelante esperando alcanzar aquello para lo cual Cristo Jesús me tomó a mí. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado, pero una cosa hago: olvidando lo que queda atrás y esforzándome por lo que está delante, continúo avanzando hacia la meta para obtener el premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús" (Filipenses 3:12-14). SOBRE TODO, NO TE RINDAS EN LA CARRERA POR EL PREMIO Correr la carrera cristiana requiere resistencia. Permítanos inspirarnos en la Palabra de Dios para correr de tal manera que permanezcamos en el camino y ganemos el premio de Cristo para nosotros. "Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que tan fácilmente nos envuelve, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él soportó la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios" (Hebreos 12:1-2). CONCLUSIÓN La carrera que corremos como seguidores de Cristo requiere resistencia, perseverancia, disciplina y mantener la vista fija en el premio supremo, que es la vida eterna con Cristo. La carrera no se trata de velocidad, sino de terminar el curso y permanecer fieles hasta el final. ¿Por qué? Porque la misma alegría que se le presentó a Jesucristo se nos ha presentado a nosotros. Que corramos por la alegría de Cristo. Amén. Mis pensamientos finales para ti: "Dosifica tu esfuerzo; esto es una maratón, no una carrera de velocidad". Que corras una buena carrera y termines bien. Tu servidor en formación, Daniel M. 24 de octubre de 2023 POSDATA: Queridos amigos, si estas "Conversaciones con Cristo" diarias y transparentes te bendicen, por favor visita www.SOLIDpastors.org, donde las encontrarás publicadas y un repositorio de todas ellas, en inglés y español. Nota: Todas las Escrituras citadas son de la Nueva Versión Internacional (NVI). Si alguna vez deseas charlar, puedes contactarme en [email protected]. Que Cristo te bendiga ricamente mientras tienes tus propias conversaciones íntimas y diarias con Cristo. Comments are closed.
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