Los factores estresantes están en todos lados; vienen en todas las formas y tamaños. Pueden surgir tanto de experiencias positivas como negativas, desde momentos de alegría hasta los de tristeza. Cada cambio, por pequeño que sea, puede actuar como un estresor, al igual que el implacable choque de las olas del océano. Para algunos, incluso los estresores menores pueden tener un impacto significativo, sacándolos de balance.
El cambio, en particular, sirve como un gran estresor. Personalmente, me encuentro emocionalmente frágil, susceptible de ser abrumado por las olas de cambio que irrumpen en mi vida. Mientras que otros pueden navegar a través de estos estresores con facilidad, a menudo me encuentro luchando por mantenerme a flote. Actualmente, me encuentro lidiando con el peso de un cambio significativo en mi vida. Una asistente de confianza que ha estado a mi lado durante cuatro años recientemente ha decidido seguir el ministerio vocacional, lo que llevó a su renuncia. A pesar de su disposición para ayudar con la transición, estoy sintiendo toda la fuerza de este estresor, causando una considerable angustia. Lo que deseo transmitir es que los estresores son una parte inevitable de la vida. Vienen en diversas formas, incluyendo momentos de felicidad como bodas, el nacimiento de un hijo o comenzar un nuevo trabajo. Cómo manejamos estos cambios es lo que define el estrés. Decir "me siento estresado" esencialmente significa "hay un estresor con el que estoy luchando para hacer frente, y se manifiesta como angustia emocional y mental". LA BIBLIA, ESTRESORES Y ESTRÉS La Biblia ofrece una sabiduría profunda y orientación para navegar en los factores estresantes de la vida. Filipenses 4:6-7 (NVI) aconseja: "No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús". Cuando nos enfrentamos a estresores abrumadores, no estamos solos. En cambio, se nos anima a llevar nuestras preocupaciones ante Dios en oración, con un corazón lleno de gratitud. A través de esto, invitamos a la paz de Dios a reinar en nuestros corazones y mentes, brindando estabilidad en medio de los cambiantes tumultos de la vida. Más orientación se encuentra en Mateo 6:34 (NVI), donde Jesús reconoce la presencia de estresores pero nos insta a no ser consumidos por la preocupación: "Por lo tanto, no se angustien por el mañana, el cual tendrá sus propias preocupaciones. Cada día tiene ya sus problemas". En lugar de preocuparnos por las incertidumbres futuras, se nos llama a enfocarnos en el momento presente, confiando en la provisión de Dios para cada día. Como creyentes, se nos recuerda la importancia de depositar nuestras cargas en el Señor en 1 Pedro 5:7 (NVI): "Pongan todas sus preocupaciones y ansiedades en las manos de Dios, porque él cuida de ustedes". Podemos estar seguros del cuidado y la preocupación de Dios por nosotros, lo que nos lleva a confiar nuestras preocupaciones y factores estresantes en sus amorosas manos. CONCLUSIÓN Si bien los estresores son inevitables en este mundo imperfecto, podemos encontrar consuelo en las promesas y enseñanzas de las Escrituras. Al buscar a Dios en oración, confiar en su provisión y entregar nuestras cargas a Él, podemos encontrar fuerza y paz para soportar los desafíos de la vida, incluso en medio de las tormentas más tumultuosas. Su siervo aspirante, Daniel M. 27 de Febrero de 2024 POSDATA: Queridos amigos, si estas "Conversaciones con Cristo" diarias y transparentes les bendicen, por favor vayan a www.SOLIDpastors.org, donde las encontrarán publicadas, y un repositorio de todas, en inglés y español. Si alguna vez quieren charlar, pueden contactarme en [email protected]. Que Cristo les bendiga ricamente mientras tienen sus propias conversaciones íntimas y diarias con Cristo. Comments are closed.
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