JESÚS Y EL DISCIPULADO - Parte 9 - MULTIPLICACIÓN

Ninguna discusión sobre lo que Jesús tiene que decir acerca de ser discípulo de Cristo estaría completa sin abordar la multiplicación. Eso es, después de todo, el corazón del método de Jesús para madurar a aquellos que lo siguen.


SIETE PUNTOS PROGRESIVOS Y CONVINCENTES
Aquí hay siete puntos. Cada uno se basa en el anterior y presenta un caso para que hagas un esfuerzo mayor para involucrarte más de lo que ya estás en el proceso de multiplicación de Cristo para todos los verdaderos discípulos de Cristo.

1. Si realmente amas y adoras a alguien, deseas que otros a quienes amas conozcan a esa persona a quien amas y adoras. Si estamos siguiendo los Grandes Mandamientos de Cristo de amarlo a Él, a nosotros mismos y a los demás con todo nuestro corazón, entonces naturalmente queremos ayudar a otros a establecer una relación personal profunda con el mayor de nuestros amores, Jesucristo, nuestro Señor.
   
   
   
2. Presentar a las personas a Cristo es una habilidad aprendida. Algunos pueden tener el don de la evangelización, pero no es necesario para cumplir el mandato de la Gran Comisión. Nuestra tarea es estar completamente dispuestos a ser guiados por el Espíritu Santo. Dios hará el resto. Si estamos totalmente entregados a Cristo, Él pondrá oportunidades a nuestros pies. Y luego, todo lo que tenemos que hacer es amar a esa persona con el amor de Cristo. Todo lo demás es secundario. Cristo atrae a las personas hacia Él. No nos atribuimos el mérito de "guiar" a las personas a Cristo. Dios recibe toda la gloria.
   
   
   
3. Todos los que conocemos están en algún lugar, desde no ser seguidores de Cristo hasta ser seguidores maduros de Cristo. Nuestra tarea es ayudar a cada persona que conocemos a moverse a lo largo de ese continuo camino. Esto no es trabajo solo para aquellos en el ministerio vocacional. No importa en qué etapa de la vida nos encontremos, nosotros, que seguimos a Cristo, estamos llamados a ayudar a otros a acercarse a la intimidad con Cristo.
   
   
   
4. Una de las formas principales en que ayudamos a otros a acercarse a Cristo es modelar ese comportamiento. Sin embargo, modelar el comportamiento no es suficiente. Debemos hablar verdad en la vida de las personas. Como dice la Escritura: "Pero honren en su corazón a Cristo como Señor. Estén siempre preparados para dar razón de su esperanza a todo el que les pida cuenta. Pero háganlo con gentileza y respeto, manteniendo la buena conciencia, para que los que hablan mal de su buena conducta en Cristo se avergüencen de sus calumnias" (1 Pedro 3:15-16 NVI). Así que debemos hacer ambas cosas: modelar el comportamiento y hablar el Evangelio de Cristo en las vidas de aquellos a quienes conocemos. Primero, compartimos el evangelio a través de nuestro comportamiento. En segundo lugar, usamos palabras. Estas palabras nos serán dadas por el Espíritu Santo si escuchamos atentamente.
   
   
   
5. No podemos impartir lo que no tenemos. Debemos ser discípulos de Cristo para ayudar a otros a ser discípulos. Sin embargo, no tenemos que ser más maduros o "mejores" que los demás para ser efectivos en este esfuerzo. Está escrito: "Así que anímense mutuamente y edifíquense unos a otros, tal como lo vienen haciendo" (1 Tesalonicenses 5:11 NVI). Incluso el seguidor de Cristo más inmaduro puede animar al seguidor de Cristo más maduro. Como discípulos de Cristo, nunca disminuyamos nuestro pensamiento, creyendo que no tenemos nada que ofrecer. Es una mentira del enemigo. Los pastores y líderes ministeriales especialmente necesitan ánimo. Es uno de los trabajos más difíciles del mundo. Si eres uno, sabes a lo que me refiero. Si no lo eres, ve y pregunta a alguien que está en el ministerio vocacional a tiempo completo. Sí, hay mucha alegría, pero también hay mucho sufrimiento a manos de seguidores de Cristo bien intencionados y aquellos que no lo son tanto. Puede ser muy desalentador.
   
   
   
6. Como discípulos de Cristo, una de nuestras tareas principales es seguir el ejemplo de Cristo y el de los primeros discípulos. Como dijo el apóstol Pablo a Timoteo, a quien estaba discipulando: "Lo que has oído de mí ante muchos testigos, encomiéndalo a personas dignas de confianza, que a su vez estén capacitadas para enseñar a otros" (2 Timoteo 2:2 NVI). Hay mucho que desempacar en este verso, pero simplemente acordemos que necesitamos ser vocales acerca de nuestra fe. No podemos enterrar este tesoro invaluable y guardarlo para nosotros mismos. Eso es egoísta y egocéntrico. Hay una epidemia de este comportamiento en la comunidad cristiana. Estamos agradecidos de tener el cielo en nuestro futuro, pero nuestra carne es perezosa y no quiere correr el riesgo político o social de extenderse hacia los demás. En general, el seguidor moderno de Cristo es blando, débil y egocéntrico. Nos preocupamos más por nuestra comodidad que por servir a Cristo. Necesitamos emular a los primeros seguidores de Cristo del siglo primero y seguir sus pasos y los de Jesucristo.
   
   
   
7. En Mateo 28:19-20, conocido como el Gran Mandamiento, Jesús ordena a sus seguidores que "vayan y hagan discípulos de todas las naciones". Esto indica que parte de ser un discípulo también implica hacer discípulos, difundiendo sus enseñanzas y bautizando a otros en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Es un mandato. No es opcional. Si afirmamos ser cristianos, entonces estamos llamados a convertirnos en discípulos. Si afirmamos ser discípulos, entonces estamos llamados (ordenados) a participar en el proceso de multiplicación de Cristo.
   
   
   

CONCLUSIÓN
Ve. Haz. Discípulos.


Su aspirante a siervo, Daniel M.
17 de enero de 2024
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